Aldeanueva y su toponímia

David Trijueque Serrano
Aldeanueva de Guadalajara
Toponimia, elementos del paisaje y curiosidades

Editorial Intermedio, Guadalajara, 2021

160 páginas

El subtítulo lo dice todo: aquí nos encontramos con un pueblo desnudado, analizado al milímetro, vistos desde dentro, con sus caminos, sus valles, sus colinas, sus fuentecillas y hasta con esos elementos de piedra que son los chozos de pastores, pero también con los datos toponímicos, tan entrañables, con sus restos derrumbados de molinos, puentecillas, viejos despoblados, ermitas y majanos.
Es un ejercicio de análisis milimétrico, de ir por el campo viendo cuanto existe, y anotándolo, dándole nombre, poniéndole coordenada. El trabajo de David Trijueque debería ser imitado en todos los pueblos, al menos de nuestra provincia, pero en general del mundo, porque mirar con detalle lo que nos rodea, esos “elementos del paisaje” que dan sentido al caminar, es fundamental para preservarlo. Y sobrepasar los peligros del cambio climático y, sobre todo, del olvido, de la desmemoria. 

Además, nos dice las palabras que se usan todavía para nombrar los lugares por donde se camina, por donde se cultiva el trigo, y por donde vienen los vientos. Un solo problema, –y bien gordo– tiene Aldeanueva: y es que su término ha sido partido en dos por una línea ferroviaria de alta velocidad, con lo que eso supone de tajazo de espadachín a un término, en el que todo está ya, irremediablemente, dividido en dos partes. Así y todo, David Trijueque sigue dándole prioridad a la alegría de estar en un sitio hermoso y querido, donde los caminos llevan a alguna parte, donde lugares tan entrañables como Valdevacas, San Friso o El Santo son referencias seguras de sus habitantes. Un libro al que hay que aplaudir, y pedir que surjan otros muchos como él, en todos y cada uno de nuestros pueblos.

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