¿Guadalajara, quieres volar?
Todavía se está a tiempo de que Guadalajara cuente entre las ciudades pioneras en España en la instalación de un extraordinario sistema de propaganda turística, que desde estas líneas brindo al Ayuntamiento como idea de fácil realización e indiscutible eficacia.
Se trata de los llamados matasellos parlantes o publicitarios, que desde hace muchos años se vienen utilizando en varios países del mundo. No sé exactamente si fue Francia quién primero los utilizó, no es cuestión de erudición estos renglones, pero si se puede asegurar que es hoy por hoy este vecino país con la Alemania Federal, los lugares en que más han proliferado, y con más acierto, los referidos matasellos parlantes. En España desde hace unos cuantos años, Barcelona comenzó a utilizar un atractivo matasellos de esta categoría, en el que junto a su escudo y un grupo de caballistas de la ciudad Condal, se leía «Visite Barcelona, en sitio y en belleza única», frase original nada menos que de Miguel de Cervantes, que la pone en boca del Quijote. Posteriormente se crearon sendos matasellos de este tipo para Montserrat «Montaña Santa» y Vigo «Gran puerto del Atlántico». El año pasado fueron Valencia, Ceuta, Melilla y San Feliu de Guixols los que se lanzaron también por este camino en la tarea de su promoción turística. Por todo esto, podemos asegurar que en España aún no se ha hecho prácticamente nada en este sentido, y la oportunidad de ser promotores y primeros beneficiarios de este sistema es lo que nos lleva a lanzar esta idea y este ruego a nuestro dinámico Ayuntamiento.
El procedimiento es bien sencillo y muy barato. Consiste en solicitar el permiso correspondiente para la utilización de este matasellos a la Dirección General de Correos, a la que se abonará alrededor de tres mil pesetas mensuales. Esto, añadido a lo que cueste la realización del «cliché» por un artista competente, creo que para nuestro Ayuntamiento supone una carga perfectamente llevadera. Si a esto le añadimos la posible cooperación de la Diputación Provincial, Cámaras de Comercio e Industria, Delegación de Información y Turismo, etc., etc. El capítulo económico de la cuestión prácticamente se esfuma y queda sola, resplandeciente y halagadora, la parte propagandística. En Melilla concretamente, aún dispuso el Ayuntamiento de una cantidad para convocar un concurso de frases y premiar las más acertadas. De todos modos, creo que lo más importante en este asunto es la imagen, la figura que atraiga la vista y detenga la atención en el símbolo o monumento que se quiere resaltar. En estos matasellos parlantes franceses que acompaño como ilustración, se puede apreciar cómo se sacrifica la frase ante la imagen. El nombre de la ciudad basta. Es suficiente con ello y la cita de alguno de sus monumentos o bellezas dignas de admiración. Un «Visite Guadalajara: su Palacio del Infantado, sus iglesias», «Guadalajara, tapiz de piedra», «En Guadalajara, arte y tradición» u otras frases parecidas, son más que suficientes para acompañar, y esto es lo fundamental, a la silueta de Santa María o de San Ginés, un detalle de la fachada del Palacio del Infantado, una sombra recortada de torres y tejados en suave declive, etc. Por otra parte, también se podría elaborar otro de estos matasellos parlantes haciendo referencia al futuro industrial y comercial que ofrece Guadalajara, colaborando así a atraer las miradas de ese Madrid o, ese Barcelona que ya no caben en sí mismos.
Se podría, incluso, crear varios de estos matasellos publicitarios, y utilizar uno cada año, cada seis meses, etc. La distribución de estos pequeños carteles turísticos, sobre las cartas que a millares salen de nuestra ciudad, estaría asegurada por toda la superficie de España y numerosos lugares del extranjero.
La idea está lanzada y creo merece la atención de nuestro Ayuntamiento, que da manera tan económica, cómoda y sencilla puede ver promocionado el resurgir turístico e industrial de la ciudad. Si no lo considera así, todos tan contentos: que conste que yo no represento ninguna oscura fuerza económica que en ello esté interesada. Se me ocurrió la idea, y quiero hacer partícipes de ella a los demás, públicamente. Por supuesto que también nuestros pueblos pueden proceder de la misma manera: «Sigüenza, ciudad del Doncel», «Sacedón, puerto de Castilla», «Cifuentes, capital, de la Alcarria», “Molina de Aragón, su castillo es historia y sus pinares descanso”, «Pastrana, el tiempo detenido», «Cogolludo, llave de la Serranía», Atienza, museo románico», «Brihuega, jardín de la Alcarria». Con estas o parecidas frases y un motivo pictórico, bien elegido y trazado, de sus correspondientes monumentos, bastaría para conseguir que se oyera alto, por todo el país e incluso más allá de nuestras fronteras, el alegre clarinetazo de color y de futuro que nuestra ciudad y nuestra provincia ofrece a los que quieran visitarnos.
Yup, that’ll do it. You have my apicireatpon.